Tuesday 8 March 2011

¿Cómo prepararnos para hacer historia de Egipto y no repetir lo que nos cuentan?

He estado pensado sobre lo que os dije de cómo podemos hacer para estudiar la historia desde todos los ángulos. Hay tanto que leer que aunque estuviéramos leyendo sin parar toda nuestra vida no leeríamos ni un 1 por ciento. Siendo así hay que seleccionar.
Por un lado veo conveniente tener una base en historia universal y con ello me refiero a que leamos sobre la historia de China, India, América prehispánica, Mesopotamia y África.
A lo que se le une lo que ya nos han contado de Europa (cuya visión cambiará en cuanto conozcamos que hay más vida ahí fuera).
Ahora bien, esta historia luego hay que interpretarla y criticarla desde todos los ámbitos posibles.
Esto es, desde la perspectiva científica hasta entrar en la perspectiva filosófica de aquello mismo que se estudia. Explicaré esto un poco más adelante.

Como somos occidentales, creo que lo mejor es tener una buen perspectiva científica. Nuestra sociedad es tecnológica y tecnicísta así que seamos lo más objetivo y técnico.
He pensado que lo mejor para esto es leer sobre el procesualismo o nueva arqueología y el darwinismo (tendencias interpretativas en arqueología). Podríamos leer varias obras sobre estas tendencias historiográficas y luego analizar sucesos de la historia de Egipto a través de ellas.
Es bastante curioso cómo cambia el ángulo de estudio.

A todo esto, para entender bien una civilización tienes que sentirte parte de ella, como hacen los antropólogos cuando estudian por ejemplo a los bosquimanos.
Nosotros no tenemos una máquina del tiempo que nos lleve al antiguo Egipto para poder relacionarnos con los mismos egipcios (quizás algún día la inventen).
Mientras tanto tenemos que acceder a esas sociedades indirectamente, pero lo más directamente posible. Como siempre digo, acudiendo a las fuentes primarias, textos y restos de la época combinándolo con las interpretaciones que nos dan los egiptólogos hoy día en sus obras científicas. Tenemos que intentar entenderlos como si fuéramos uno de ellos. Quizás esa sea una de las cosas románticas del trabajo del historiador.
Creo que esto es muy importante, sino acabaremos como los arqueólogos del siglo XIX, estudiando las civilizaciones antiguas como "unos bárbaros que adoraban a demonios con cabezas de animales y que estaban muy retrasados con respecto a nosotros".
Eso es sencillamente absurdo.
De este modo, estudiar historia es como viajar y quedarte a vivir en el lugar durante el suficiente tiempo como para sentirte uno más y no un extranjero.

Nada de lo que he dicho es concreto, lo sé, pero creo que puede servir al menos como base en la intención de hacer historia y no simplemente repetir lo que nos cuenta la tradición historiográfica.

¡Buena suerte!





No comments:

Post a Comment